El Pabellón Basilio Labrador acoge este evento gratuito pero con todas las invitaciones ya repartidas previamente en librerías y Farmacia Violán.

 

El alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, anuncia “el regreso este lunes 3 de diciembre al municipio del ex deportista, conductor televisivo y conferenciante Pedro García Aguado para ofrecer nuevamente la charla ‘Aprender a educar’ a más de 800 personas con invitación ya retirada, tal y como facilitáramos el pasado año, esta vez acompañado por su tantas veces inseparable Francisco Castaño, aunque estará desde este domingo 2 de diciembre acompañando a la familia del deporte realejero como invitado a la Gala del Deporte”.

“Cumplimos así nuestra promesa, especialmente para padres y madres que así lo solicitaron, de volver a contar con su presencia ante la masiva acogida de más de 1.000 asistentes en la experiencia anterior, que se había programado para público netamente escolar, así como trabajadores sociales y agentes de policías locales”, detalla el edil.

La concejala de Participación Ciudadana y Educación, Sandra Pérez, y el concejal de Deportes, Benito Dévora, indican que “ya se encuentran agotadas las invitaciones, que estuvieron durante tres semanas a disposición de los que así lo desearan en las librerías realejeras Arlequín, Reyes, Ébano, Romántica, Imeche, Internacional y Yasmín, así como en la Farmacia Violán, a quienes agradecemos su predisposición”.

Insiste el alcalde en que “no es nuevo en Los Realejos el trabajo desarrollado en educación en valores hacia la infancia y la adolescencia, pero es cierto que la presencia de un referente televisivo ahora, que lo fue en el plano deportivo antes, y con tan evidente testimonio de vida que transmitir, como el que nos traerá de nuevo Pedro García Aguado, sin lugar a dudas despierta un gran interés”.

En su anterior visita al municipio en noviembre de 2017, Pedro García Aguado hablaba de su propia experiencia y su “mala cabeza”, lo que le llevó a “ni siquiera saborear como debiera las mieles de aquellos éxitos deportivos tan soñados antes y finalmente cosechados con la Selección Española de Waterpolo, como fue la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde alcanzamos la gloria, pero donde en mi caso concreto, por esa falta de conciencia, por esa falta de dar valor a los valores, supuso a la postre una derrota en el plano personal”.

Aludió así a su drogodependencia de aquellos años como “una enfermedad”, que le apartó totalmente de la inimaginable realidad que estaba viviendo, estar en la cresta de la ola con la mejor generación del waterpolo español de todos los tiempos, pero echando por la borda esos maravillosos años con hábitos nocivos que hoy suponen su principal lucha personal y profesional para evitar que los niños y jóvenes de la actualidad los encuentren como su vía de escape ante problemas o como complemento de heroicidad ante sus éxitos.

“Es un lujo que quien estuvo en esa cresta de la ola, hoy sea capaz de bajarse a la realidad de nuestros pequeños, de nuestros adolescentes, para desde su experiencia, desde sus errores, servir de ejemplo de cómo digerir las etapas de la vida, a quienes arrimarse y qué hábitos rechazar, que haya rehecho su propia vida para demostrar que sus equivocaciones puestas en la diana pueden ser la guía de salvación de otras personas”, apuntaba sobre él el pasado año el alcalde realejero, Manuel Domínguez.